sábado, 15 de octubre de 2011

MacGyver #98 - El Tesoro de Manco

MacGyver #98 - The Treasure of Manco, USA, 1990

D.: Michael Preece

I.: Richard Dean Anderson, Theresa Saldaña, Michael Bays, Richard Chaves, Gregory Sierra

Sinopsis: El agente secreto MacGyver viaja al Perú para ayudar a su amiga María en su propósito de hallar del colosal Tesoro de los Incas, que el líder rebelde Manco ocultó de los conquistadores. Acompañados por el joven guía Ramón, viajan al Cuzco y comienzan su búsqueda.


MacGyver usa su ingenio para descifrar las pistas codificadas en antiguos artefactos incaicos. Pero topan con el movimiento de resistencia que les previene que el genocida Ejército Peruano los sigue con la intención de asesinarlos a todos y apoderarse de esa gigantesca fortuna en oro.

Ahora nuestros héroe deberá eludir a esos codiciosos militaristas, y hallar antes que ellos el tesoro. Y es que el verdadero dueño de esas infinitas riquezas enterradas por Manco Inca no es sino el pueblo del Perú.

Crítica: Al saber que los conquistadores españoles asesinaron a su Inca, los antiguos peruanos ocultaron todos sus tesoros en algún lugar de los Andes Peruanos. En El Tesoro de Manco, episodio N° 98 de la teleserie MacGyver, el hábil agente secreto americano lo busca en una aventura estilo “Indiana Jones” .

Se comienza con un prólogo en 1540, cuando Manco Inca ordenó a su gente esconder el tesoro tan ambicionado por los invasores españoles. Cierto “morrión” será la primera de varias pistas que, siglos después, MacGyver (Richard Dean Anderson) descifrará usando su tradicional ingenio, hasta hallar el tan buscado Tesoro de los Incas.

Como toda aventura al estilo de las del arqueólogo del látigo y del sombrero, no podía faltar el villano “tipo-nazi”. En este caso, el guión recurre a un ingenioso giro de tuerca, verdaderamente inesperado, que se inspira en un asunto de actualidad del Perú de la década de los ochenta y noventa.

Los peruanos María (Theresa Saldaña) y Ramón (Michael Bays) buscan el Tesoro de los Incas para concluir el trabajo de los padres de ambos, misteriosamente asesinados. La súbdita aparición de una guerrilla campesina hace que todos sospechemos de estos “rebeldes” como los obligatorios villanos de la aventura.

Sin embargo, este movimiento de resistencia liderado por el carismático Enrique (Richard Chaves) revela la insospechada verdad: los padres de María y Ramón fueron secuestrados y torturados hasta la muerte por el mismo Ejército. El fascista capitán Díaz (Gregory Sierra), cabeza de un “escuadrón de la muerte”, ha sido enviado con la misión de hallar el tesoro de Manco, tras ejecutar a los testigos.

A través del testimonio del freedom-fighter Enrique, se denuncia el genocidio desatado por los militares de ese entonces, conocido como la “Guerra Sucia”. Los secuestros, torturas y arbitrarias ejecuciones de miles de hombres, mujeres, niños y ancianos en los Andes, dieron como resultado el surgimiento del movimiento armado de Enrique, que la mentirosa propaganda oficialista presenta como una demencial revolución.

Obviamente, MacGyver y sus amigos se ponen del lado de los insurrectos, y todos emprenden la búsqueda del tesoro, siendo seguidos de los terroristas uniformados del capitán Díaz. En la escena culminante, en una especie de templo incaico subterráneo, MacGyver debe decidir si, para salvar a María, Ramón y Enrique, debe entregar el Tesoro de los Incas a los hitlerianos militares peruanos.

Se ha acusado a este episodio de tener una visión “muy gringa” de la esa versión peruana de la “Solución Final”, con la que las fuerzas armadas de entonces exterminaron a millares de campesinos inocentes, borrando del mapa a muchos pueblo andinos. Pero, viéndolo en retrospectiva, este capítulo de MacGyver se adelantó en denunciar el hoy tan estudiado holocausto peruano de los ochentas y noventas.

Si bien hay un final feliz, este espisodio El Tesoro de Manco plantea una interesante variación del tópico de “quien halla el tesoro se lo queda”. El fabuloso Tesoro de los Incas (si en realidad existe) pertenece al pueblo peruano, único heredero de estas infinitas riquezas.

Llegará el día que el tesoro hundido en el arca de piedra de las entrañas del Cuzco surja a la superficie. Entonces no habrá sobre la tierra pueblo más feliz (Tempestad en los Andes, Luis E. Valcárcel, 1927)

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